Ese niño es un adulto en cuerpo de enano, le sonries y no te sonrie, solo dice "buenas tardes", con esa mirada con que te hace pensar en lo absurda que has sido prestándole atención.
Crajam!! aclaro la voz y rectifico mi postura, "buenas tardes".... qué demonios!!! no puede ser real, lo observo por debajo de mi monitor y ajá! su mini camisa de uniforme con señales de desmadre.
Afirmo, que el color de cada día, puede ser tan innesperado como para sorprender a las estrellas con un nuevo brillo para tener. Cierto es, que se torna difícil la nueva perspectiva pero, el aprendizaje hoy dice, que siempre valdrá la pena tal encuentro.
Hoy vivo para contar, experimento para sentir y camino para encontrar. Días mejores tienen que llegar!